Aprender es de valientes
Vicky Palm
10/20/20241 min read


Confieso que le estoy cogiendo el gustillo a los 40. Ver la vida desde la madurez, o con parte de ella, me hace replantearme muchos pensamientos pasados que ya no combinan con mi presente. Siempre fui de llevar por fuera blancos y negros, pero grises en mi interior. No entendía a las personas que pronunciaban su verdad como si fuese absoluta. Siempre tendía a intentar empatizar con los dos opuestos y llegar a un punto intermedio. O eso creía. Ahora me doy cuenta de que yo también establecía reglas inamovibles según mi criterio que no obedecían a ninguna ley universal. Cómo asusta cuando tus pilares internos se tambalean por primera vez. Nadie nos cuenta que son más elásticos de lo que pensábamos. Y menos mal porque a veces nos enfrentamos a terremotos tan inesperados como lo hace el planeta. O bueno él sí los espera por aquello de la experiencia. La vida me enseña un poquito cada día y a mí me encanta aprender de ella.
Ah, creo que la palabra cobarde se utiliza demasiado a la ligera. Qué fácil es juzgar mirando al otro sin verlo. Y qué difícil aprender a ver antes de hablar...
Sería bonito volver a nacer con el aprendizaje que ahora llevamos dentro. Pero claro, entonces esto de vivir perdería parte de su gracia ¿no?