Regar un árbol, tener un acuario, escribir un blog

1/7/20153 min read

Dicen que hay cosas que uno tiene que hacer en la vida y puede que sea cierto. En lo que no estoy de acuerdo es en que todos tengamos que seguir el mismo camino para buscar la felicidad.

Respecto a adoptar prototipos como forma de vida discrepo bastante, y eso que creo que sería feliz con la vida más clásica y típica del mundo… Aún así, creo que el objetivo de nuestra vida no puede ser cumplir unas expectativas o unos patrones predefinidos. Que la vida está para explorar, expandirse, crecer. Que uno tiene que elegir y equivocarse. Que no nos podemos quedar a la espera de que pase algo mejor, debemos hacer que eso ocurra. Una vez alguien me dijo que las nuevas situaciones son como cuando te pones un traje nuevo, que no siempre ajusta bien, te sientes un poco incómodo, pero cuando te lo pruebas varias veces parece que está hecho a tu medida. A día de hoy, estoy totalmente de acuerdo. La vida me ha obligado en algunos momentos a salir de mi zona de confort y ponerme un nuevo traje. Me ha impulsado a hacer cosas que no pensaba nunca que iba a hacer. Y, la verdad, algunas cosas las he incorporado a mi día a día, otras las decidí hacer de manera ocasional, y algunas no repetirlas. Pero me permití experimentar, y no me arrepiento en absoluto. Porque después de todo puedo decir a día de hoy que soy quien he elegido ser.

Creo que es muy importante conocerse y no ser tan exigente con uno mismo. Darse más libertad para errar. Permitirse el lujo de tomar la decisión equivocada, de no hacer lo correcto. Porque como bien dice mi madre «para aprender perder» y muchas veces es la mejor forma de aprendizaje.

Y en cuanto a las relaciones de pareja, creo que es importante tener claro lo que uno quiere pero no buscar un patrón definido. Que la magia está en dejarse sorprender, que lo bonito no es encontrar la relación perfecta sino alguien te haga perder la cabeza con cabeza. También creo que muchas veces intentamos encajar en el patrón de otra persona y es un concepto totalmente erróneo. Pienso que debemos ser nosotros mismos en todo momento, independientemente de con quién encajemos o con quién no. La valía de cada persona no depende en absoluto de los ojos con los que otra persona le ve.

Hablando de este tema un día leí una frase que me hizo pensar mucho: «Mi camino está reflejado en la mirada de los otros y, si quiero encontrarme a mí mismo, necesito ese mapa.» Y es que, si bien es cierto que tu valía no depende de la opinión de una persona en concreto, cuando te rodeas de buenos amigos es fácil reconocerte a ti mismo y que te hagan ver lo que vales, y si te pierdes, no hay como buscar en su mirada o en sus palabras para reencontrarte.

Al final, no recuerdo si he plantado algún árbol alguna vez en mi vida, pero regarlo lo he regado seguro y muchas veces… No voy a negar que me gustaría tener un hijo o varios, pero creo que aún no ha llegado el momento, de momento tengo un acuario que no aporta tanta felicidad pero la parte gastos y quebraderos de cabeza la tengo cubierta… En cuanto a lo de escribir un libro, eso es apuntar muy alto, aunque me encantaría hacerlo, de momento me conformo con compartir mis inquietudes en este blog.

Estamos ante un nuevo año, lleno de nuevas posibilidades, lleno de ilusión. Y ahora mismo puedo decir que vuelvo a ser feliz. A veces basta con tocar una vez el fondo de la piscina para salir disparado hacia la superficie y respirar aire fresco.

Ojalá cada uno encuentre esas «tres» cosas que le hagan feliz en su día a día, porque al final, el único momento que vivimos es el presente, el pasado forma parte del recuerdo y el futuro… de la imaginación.

¡Feliz 2015!