Zona de confort
Vicky Palm
12/26/20133 min read
Llegué a este vídeo gracias a una buena amiga. Me parece muy interesante, hace un resumen de los conceptos tan bueno que no necesita mucho comentario adicional. Aún así, compartiré parte de mi experiencia personal al respecto comentando algunas afirmaciones que en él se realizan.
«Lo normal es que no sepas cómo quieres que sea tu futuro, pero sí como no quieres que sea»
Quizá haya personas que tengan la suerte de saber cómo quieren que sea exactamente su futuro, pero lo cierto es que no puedo estar más de acuerdo con esta afirmación. De repente un día te das cuenta de que, de alguna forma, no concibes tu futuro tal y como es tu presente, y empiezas a preocuparte, a darle vueltas, más vueltas, durante horas, días, meses… Sin saber porqué, y entonces te das cuenta de que debes provocar un cambio, y ahí vienen los dilemas…
«No nos enseñan a confiar en nosotros mismos»
Efectivamente, sobre todo si confiar en nosotros mismos implica llevar a cabo una idea no convencional. Hay veces en las que parece que está tan preestablecido el proceso que debemos seguir, que si nos salimos del camino nadie confía en nosotros, lo cual nos crea inevitablemente inseguridad. Generalmente nadie te mira a los ojos y te pregunta: «¿Cuál es tu sueño? ¿Qué te gustaría crear?» Y te dice: «¡Ve y persíguelo!» No… Normalmente nos encontramos con un: «¿Qué tal los exámenes? ¿Qué vas a estudiar cuando seas mayor?» Como si ello fuera una garantía de que vas a sacar tu máximo potencial y no estoy para nada de acuerdo con este planteamiento. Creo que cada uno debe buscar su potencial y explotarlo al máximo, bien sea estudiando una carrera, montando un negocio, tocando un instrumento o dando clases de baile. Lo importante es saber cuál es tu punto fuerte y sacarle partido a la vez que disfrutas de ello.
Zona de confort
Esa maravillosa zona, llamada zona de confort. El peor de nuestros enemigos en el camino hacia nuestros sueños. Es tan difícil salir por un momento de nuestra zona de comodidad… Lo curioso es que cuando salimos, y entramos en la zona de aprendizaje notamos que avanzamos, que crecemos, y es fabuloso, pero ese salto que hay que dar es muchas veces complicado. Todos hemos salido muchas veces de esta zona y, el resultado es muy positivo, pero cuesta soltarla. Cuesta cambiar de ciudad con todo lo que ello implica, cambiar de trabajo, cambiar de pareja, porque lo que tenemos no asusta, es conocido. ¿Cuántas veces habremos escuchado la frase «más vale malo conocido que bueno por conocer»? Y ahí radica gran parte del problema, que preferimos estancarnos en lo conocido que explorar nuevas posibilidades que quizá podrían hacernos mucho más felices.
Zona mágica
Ésta es mi preferida, esa en la que dejas de un lado los miedos y te decides a crear. Pero llegar aquí es muy complicado, porque los miedos son muy fuertes. Aparece esa zona de pánico constantemente, te planteas una vez tras otra si la decisión de cambiar de zona es acertada, qué pasará si no lo es, las consecuencias… y estas preguntas te golpean constantemente hasta que, si consigues dejar de escucharlas, tomas la decisión y sales ahí, a esa zona mágica donde las cosas ocurren.
«Tú eres el protagonista de tu vida»
Parece obvio, pero no para todo el mundo lo es. Cuando decides dar un giro a tu vida todo el mundo se siente con el derecho de opinar. Cuando la opinión es favorable es estupendo, te animan, te desean suerte y es ¡genial! Pero como para gustos colores te encuentras opiniones de todo tipo, entonces aquellas personas que no quieren que salgas de tu zona de confort te empujan a la zona de pánico. Todas esas preguntas que bombardeaban tu mente y habías conseguido olvidar vuelven y con más fuerza si cabe. Y dudas, por momentos dudas de no estar tomando la decisión adecuada. Hasta que eres realmente consciente de esta afirmación, que sólo tú eres el protagonista de tu vida, que hagas lo que hagas, hasta equivocarte es tu decisión, y que no puedes dejar que tus miedos puedan con tus sueños.
Y, con todo esto, sólo me queda lanzar la pregunta… ¿y tú?
«¿Te atreves a soñar?»
